martes, 29 de diciembre de 2015

LEMMY KILMISTER, 1945-2015 (D.E.P.)


Recuerdo que el otro dia comentaba con un amigo que lo iba a ver el próximo mes de febrero, en la gira que los traía por aquí con Saxon y Girlschool, y medio broma medio en serio le dije: "¡A ver si llega!". Maldita premonición. Nos quedamos un poco huérfanos desde anoche cuando de madrugada recibimos la triste noticia: "No es fácil decir esto... Nuestro fuerte y noble amigo 'Lemmy' ha fallecido hoy tras una corta batalla contra un cáncer muy agresivo". Con estas palabras nos comunicaba su banda a través de Facebook algo que nos resistíamos a creer. Pero no, no se trataba de una tardía inocentada y la realidad es que se nos fue Lemmy Kilmister, el mitíco y lengendario líder de Motörhead. Él se enteró de la enfermedad el 26 de diciembre, en casa, sentado frente a su videojuego favorito, acompañado de su familia. Parece increíble que dos dias después ya no esté entre nosotros... Cierto es que su salud se había degradado considerablemente en los últimos años pero ahí seguía, tocando, resistiendo sobre los escenarios como un guerrero y grabando discos. El último: Motörhead - Bad Magic (2015), es otra certera bala de cañón.



Y del último paso a hablaros al primer cd que me compré a mis veintipocos años de Motörhead. Todavía no tenía ni reproductor donde escucharlo. En su interior 16 cortes que mostraban a la banda en su hábitat natural, el directo. De ahí su título: Live & Loud! Directo y potente. El sonido del disco es muy mejorable, más propio de un bootleg, pero transmite a la perfección el significado del Rock & Roll puro y auténtico. Sin aditivos, crudo, visceral, salido de las entrañas, hecho de corazón... ¡como debe ser!


Por encima de la técnica y de tener una buena voz, Lemmy iba sobrado de pasión, por la vida, por lo que hacía, por el Rock & Roll y así murió, dejando un legado incontestable, grandes discos memorables con Motörhead, en solitario y anteriormente con los pioneros del Space Rock Hawkwind. Nos queda el consuelo de que Lemmy vivió a su manera y murió con las botas puestas. Llevó hasta las últimas consecuencias su filosofía y predicó con el ejemplo. Lo recordaremos por siempre como lo que fue, uno de los grandes, uno de los nuestros, un Maestro, una leyenda, único en su especie. Quienes amamos su música lo echaremos mucho de menos. Hasta la vista, jefe. Nos vemos en el infierno.

2 comentarios:

John P. dijo...

Enhorabuena por el post. Digno de esta gran figura tan importante en este rollo. Yo tuve la suerte de verlo en el Resu este verano y también medio en broma decía lo de "A ver si llega". Suerte que en sus últimos años adquirió todo el respeto y el éxito que se merecía como icono imprescindible del Rock.

Un saludo

KARLAM dijo...

Lo de "icono" era una palabra que no le gustaba nada al bueno de Lemmy. Una vez leí en una entrevista que cuando se referían a él así contestó: "¿Icono? Que le den. Me hace sonar como un cuadro religioso de hace 500 años. No tengo tiempo para eso". Aunque lo de imprescindible del Rock no se lo quita nadie. Gracias por tu comentario, John.

Un saludo