miércoles, 21 de marzo de 2012

PONTIAK - Echo Ono (2012)


De entre todas las novedades que tengo sobre el escritorio voy a escoger "Echo Ono" para dar la bienvenida a la primavera. El quinto y hasta ahora último album de Pontiak no solo invita a encarar de forma natural los cambios que se producen con el cambio de estación, la bruma del arcoiris que inunda la portada tambien puede servirnos de metáfora, un filtro de colores que traspasa la imagen refleja la variedad de una música tan natural como inclasificable, materializada a su vez en una nueva forma de expresión dentro de su particular sonido.

La banda está compuesta por tres hermanos de Warrenton (estado de Virginia, USA) y recientemente recorrieron media Europa presentando este trabajo por numerosas ciudades. El año pasado estuvieron de visita por España, con más pena que gloria desgraciadamente, asi que no es de extrañar que en esta última gira nos quedásemos sin verlos. Y es una pena porque Pontiak es una banda realmente interesante, creo que merece más atención, tienen entre su principal virtud no buscar el camino fácil y mostrar con cada nuevo disco una vuelta de tuerca a lo ya ofrecido con anterioridad, sabiendo reiventarse sin renunciar a sus principios.

 
Lain (bateria), Van Carney (guitarra y voz) y Jennings Carney (bajo)

"Echo Ono" me parece el album ideal para descubrirlos, mucho más rockero y accesible que sus predecesores transmite inmediated y recoge la frescura del directo llevada al estudio de grabación, algo lógico teniendo en cuenta que como banda no se duermen en los laureles. Los tres hemanos siempre han estado muy activos desde sus inicios, buscado e innovando a través de la independencia que los lleva por un camino libre de ataduras, moviéndose entre la psicodelia y el rock alternativo, experimentando continuamente y añadiendo una buena dosis folk en su justa medida.

En cuanto suena el primer riff de "Lions Of Least" ya nos damos cuenta que estamos ante un disco orgánico y crudo, un ataque en todos los sentidos que nos pone en alerta para lo que vendrá después. Avanzamos no sin tropezar, porque hay múltiples contrastes indefinibles que cada uno debe intrerpretar y descubrir con cada nueva canción que se sucede. Parajes bucólicos, alegres espejismos y alucinantes vibraciones diferentes entre sí, y a la vez dando una sensación de unidad de principio a final en todas las canciones. Resumiendo, gran trabajo de Pontiak para comenzar el año, que se hace corto porque lo es (dura poco más de media hora) pero da igual, repetimos las veces que haga falta. No cansa. Si una sola etiqueta ha de llevar esa es la de "incombustible", aunque nadie lo diría viendo el siguiente video.